Semana 26 de embarazo


Descubre cómo tu bebé alcanza hitos importantes en la semana 26 de embarazo. Te contamos los cambios que experimentará tu bebé y síntomas que podrías experimentar tú.

¡Hola, querida futura mamá! La semana 26 de embarazo es una etapa emocionante y llena de cambios tanto para ti como para tu bebé en desarrollo.

Tu pequeño está alcanzando importantes hitos en su crecimiento y desarrollo, como la producción de surfactante en los pulmones y el fortalecimiento del reflejo de succión. Por otro lado, es normal que tú también experimentes algunos síntomas y molestias propias de esta etapa del embarazo.

En este artículo, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre la semana 26 de embarazo, para que puedas disfrutar plenamente de esta maravillosa etapa de tu vida. ¡Sigue leyendo!

Desarrollo del bebé en la semana 26 de embarazo

En la semana 26 de embarazo, el desarrollo del bebé avanza rápidamente. Sus pulmones están produciendo surfactante, lo que permite que se inflen correctamente con cada respiración. El reflejo de succión es fuerte y es posible que el bebé se chupe el pulgar o algún otro dedo. La piel adquiere un tono rojizo y comienza a crecer pelo en la cabeza, las cejas y las pestañas. Hasta ahora, los ojos del bebé han estado cerrados, pero pronto se abrirán, permitiéndole parpadear.

Semana 26 de embarazo

En una ecografía, podrás observar las cejas, las uñas de las manos y los pies del bebé. Además, el bebé adopta la posición fetal, flexionando la cabeza, los brazos y las rodillas sobre su barriga. En esta etapa, el bebé se encuentra en una fase especialmente activa, y sus movimientos pueden ser visibles en la superficie del abdomen. Los movimientos fetales pueden percibirse desde fuera, ya que el abdomen materno se mueve.

El bebé ya puede ser capaz de detectar sonidos dentro del útero, y es posible que notes cómo se mueve en respuesta a ciertos estímulos. Los nervios en los oídos del feto se están desarrollando, permitiéndole responder a los sonidos. Cada semana que pasa, el feto responde más al sonido, y escuchar los ruidos dentro del cuerpo y del entorno puede ayudarle a familiarizarse con ellos y no tener miedo cuando nazca. Por lo tanto, se recomienda hablar o cantar al bebé en esta etapa del desarrollo, ya que la comunicación puede reforzar el vínculo entre la madre y el bebé.

El bebé estará dormido una buena parte del día, lo cual podrás identificar al no notar movimientos. Cuando esté despierto, el feto puede moverse al pasar la mano por la barriga de la madre. Aunque el bebé aún no puede ver nada dentro del útero, sus ojos se están formando, y pronto abrirá los párpados. Sin embargo, el feto aún no tiene suficiente pigmento en el iris para tener color en los ojos. El bebé parpadeará y cerrará y abrirá sus ojos mientras duerme y se despierta.

En esta semana, las fosas nasales del bebé suelen abrirse, y el feto puede oír y percibir los sabores. El tamaño del bebé es parecido al de un calabacín. La hemoglobina del feto es rica en hierro para favorecer el transporte de oxígeno, lo que hace que su sangre sea más roja que la de un adulto. Si el bebé naciera en esta etapa, tendría alrededor del 80% de probabilidades de sobrevivir en cuidados intensivos.

¿Cuánto pesa y mide el feto?

Al llegar a las 26 semanas de gestación, el feto experimenta un desarrollo significativo. En este punto del embarazo, el bebé mide aproximadamente 23 centímetros y su peso oscila entre los 750 y 900 gramos. El crecimiento y el peso pueden variar ligeramente en cada caso, pero en general, estos valores son indicativos del tamaño y la masa del feto en este período de gestación.

Semana 26: la madre

Al llegar a la semana 26 de tu embarazo, es probable que observes ciertos cambios en tu cuerpo. Por ejemplo, podrían aparecer estrías en áreas como el vientre, los pechos y los muslos debido al estiramiento de la piel. No te alarmes, ya que esto es bastante común en este periodo de gestación.

Debido al crecimiento del útero, la placenta y el bebé, te darás cuenta de que necesitas orinar con más frecuencia de lo habitual. Esto también es normal en esta etapa y se debe a la presión que ejercen estos órganos sobre la vejiga.

En cuanto al aumento de peso, si te encuentras en un rango de normopeso, lo recomendado es ganar aproximadamente 1 kilogramo por mes. No te preocupes si no aumentaste de peso durante el primer trimestre, ya que es normal que el incremento sea mayor en estas semanas.

A medida que el bebé crece, tu centro de gravedad también cambia, lo cual puede ocasionar que camines de manera diferente e incluso te sientas más torpe al moverte. Trata de adaptarte a estos cambios y sigue cuidándote durante este proceso.

Finalmente, es posible que empieces a experimentar cierta ansiedad relacionada con el parto. Intenta informarte y hablar con tu médico acerca de tus preocupaciones para que puedas enfrentar este momento con mayor tranquilidad y seguridad.

Síntomas y molestias

En esta etapa del embarazo, puedes experimentar síntomas y molestias como el dolor de pelvis debido al aflojamiento y flexibilidad de los ligamentos de la pelvis. También puedes sentir contracciones de Braxton Hicks, que pueden manifestarse como opresión o dolor en el abdomen. Las infecciones del tracto urinario son bastante frecuentes durante el embarazo, así que no te sorprendas si las padeces.

La hinchazón en piernas, pies, tobillos y manos, junto con el dolor pélvico, son síntomas comunes en esta etapa. Otros problemas que podrías enfrentar incluyen la acidez de estómago, el flujo vaginal aumentado, el estreñimiento y las hemorroides. Además, es posible que la presión arterial aumente ligeramente durante el segundo trimestre del embarazo.

No obstante, si el aumento de la presión arterial es excesivo, puede estar asociado con la preeclampsia, una situación de riesgo. Algunos síntomas de la preeclampsia incluyen la presencia frecuente de dolores de cabeza, visión borrosa e hinchazón en manos y pies. En cuanto a otros problemas que podrías enfrentar en esta etapa del embarazo, se encuentran la acidez de estómago, calambres en las piernas, necesidad de orinar y aumento del tamaño del abdomen.

Además, es posible que experimentes problemas para recordar cosas debido a las fluctuaciones hormonales y a tener muchas cosas en la cabeza. Aunque es normal que la presión arterial aumente ligeramente en esta etapa del embarazo, si es demasiado alta, puede ser un signo de otras enfermedades como la preeclampsia.

Escrito por: Mónica Pascual

Mónica Pascual